Sin embargo, en mis sesiones de motivación a menudo encuentro que a los participantes les resulta difícil. Dominan los patrones de pensamiento negativos y falta la creencia en lo positivo.
Nuestras creencias, que influyen hasta en un 95% de nuestra realidad, surgen de nuestros patrones de pensamiento. Con hasta 60.000 pensamientos por día, tenemos un enorme poder para programarnos.
Pero no son sólo nuestros propios pensamientos los que nos influyen. Todos estamos conectados y nos influenciamos unos a otros a través de nuestro campo de resonancia. Por lo tanto, las personas que nos rodean constantemente tienen un efecto más fuerte en nosotros que nuestros propios pensamientos.
Por eso es importante rodearse de personas que nos inspiren y apoyen en nuestro viaje. El amor propio juega un papel central. Estar orgulloso de uno mismo, celebrar sus fortalezas y aprender cosas nuevas aumenta la confianza en uno mismo y la positividad.
Las energías más fuertes no provienen de nuestros pensamientos, sino de nuestro corazón. Las personas enamoradas lo experimentan claramente: se sienten enérgicas y llenas de energía. Podemos utilizar esta fuente de fortaleza centrándonos en emociones positivas como el amor, la alegría y la gratitud.