Ante una profunda crisis personal, busqué el sentido de mi vida. ¿Era esto todo lo que se suponía que debía ser?
Comencé a concentrarme intensamente en mis pensamientos y sentimientos. La depresión paralizó mi pensamiento lógico y mis acciones. Cada vez tenía más claro que mi vida no era plena ni feliz.
En la meditación me sumergí en mi mundo interior y aprendí a dejar de lado los patrones de pensamiento negativos. En un estado de trance, me acerqué cada vez más a mis sentimientos. Mi autoconciencia creció y aprendí a comunicarme con mis emociones.
¡Descubre el poder de tu intuición! Es un regalo que te permite vivir una vida plena y feliz.
Pablo Rohrig